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martes, 10 de diciembre de 2013

LOS REDILES DE LA MENTE


Ser un buen profesional en un mundo en el que la vida te envuelve y los estigmas te empapelan, los estereotipos vuelan al gusto del observador y limitan las relaciones humanas por prejuicios irracionales que se escapan del raciocinio y se cuelan en tu mente amparados por estadísticas de números fríos y generalizadores, los cuales encarcelan en el redil a todo ganado con mismo olor, pelo y pensar.

Generalizar, la mayor torpeza en nuestro días, si a ello le sumamos los brotes xauvinistas que existen en esta sociedad judicial ya llegamos a la mayor catetada conocida por el ser humano desde que el mundo es concedido por lo que es; nos encontramos ante prejuicios encasillados según cual sea tu nación, entonces tu pensar es condicionado por si naciste de Pirineo hacia norte o sur, tu forma de actuar cambia según ese límite imaginario, recuerda que nadie eligió donde nacer, aprecia el mundo que saboreas, reivindica un mundo mejor para todos, participa en un cambio social en el que la solidaridad acabe con la caridad y en el que las columnas se hallen tumbadas, que se mire por igual y que nadie te escupa desde arriba o tenga que bajar a llenarte el plato.

La solidaridad de nuestros días pasa por que los muros de pensamientos caigan de nuestra imaginación que pateemos la mente en busca de conceptos abstractos que salgamos de los libros y miremos la realidad desde ningún prisma, recuerda que los mundos son heterogéneos entre sí, la vida es más compleja de como la encasillan en el banco de como la resumen en tu manual, la vida te enseña que los colores están para algo pero que ellos no gritan por la diversidad, el mundo de los colores, el juego de las formas, los mendigos de palabras saben más del saber que el doctor de novelas.

Pero si con esto creemos que vamos a lograr la equidad en el pensamiento humano vamos equivocados, la equidad de pensamientos, el chip mental no funciona, y menos mal que no es así, la sociedad es plural y las políticas liberales, vivimos en un mundo en el que o bailamos al ritmo que nos marcan o estamos fuera del juego, o jugamos para el mercado o el mercado nos succiona en el mapa, aunque esta comparación sea a grandes magnitudes la podemos trasladar a la sociedad asocial con la que nos encontramos cada día, con la que convivimos en la escalera a diario, los sistemas están preparados para que intentes ser el mejor y sin miramientos para conseguirlo, eso sí ni se te ocurra llevarle la contraria al mercado para ello, ese ente imaginario pero que guía nuestros días, ese legitimador no legitimado por el pueblo; vivimos en la sociedad de la competitividad somos mercancía en manos de un sistema, somos el producto de una cadena de montaje y así nos va, el mal del vecino no es mal hasta que no nos salpica, la vida se nos va y no hemos colaborado en nada, vivimos en un mundo en el que el fin justifica los medios, que gran frase se inventaron en su día algunos políticos para legitimar al mercado, así nos va. 
(Enrique González Martín)

sábado, 23 de noviembre de 2013

RUINA DE AROMAS


Palomas alborotadas en el minarete despeñado.
Aquella torre, que campaba junto al horizonte.
Sabía mas del tiempo que los pájaros del palacio.
Pasó el tiempo y los nobles olvidaron.

El tiempo, como paso de tropas.
Pasó ante tu puerta, miro a los lados y derrumbo la llama.
El horizonte había perdido su encanto.
La mirada ya no buscaba moros en ruinas.

El café de contrabando perdió su aroma.
El túnel de tu pasado lo cerraron en la loma.
Túnel de caminos de esperanza, de castigos.
De herraduras oxidadas, de mendigos.

La sal, trepo por tu muralla.
El castigo de los años se hizo alado.
El mar llamo a tu puerta y arraso a su paso.
Un mar de codicias, de espíritus olvidados.

Las ruinas de tus historias.
Una historia en trotar de caballos.
Los sacos de avaricia ya no cargaban esencias.
Aromas que el contrabando dejaba en las puertas.

El castillo se fue, no quedan moros ni lacayos.
Ayamonte busca en retales lejanos.
La sal, el cafe, su cal, tu aroma.
Castillo de ruinas, historias de un pasado.

(ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)

sábado, 16 de noviembre de 2013

OLVIDADOS AL OCASO


Rudo paisaje en marrones Otoños.
Como la vida al paso de golondrinas viajeras.
La vida pasa y no nos acordamos de quienes somos.
Ni un momento paramos a pensar en donde quedaron los días.

Aquellos días irrisorios, tímidos como el viento.
Ventiscas que no nos acercan al paisaje del convencimiento.
Quizás la risa de los muertos, el lamento de los callados.
Golondrinas pasajeras que migran del otro lado.

El horizonte nos hace perder nociones infinitas.
Lamentos pobres que no irritan nuestra piel.
No marchita su llano, lejanas arenas para que ondeen en nuestro paso.
La vida como nefasta rima se pierde en brazos del saber.

El agua como la métrica no se presentan visibles al paso.
Un paso que se abre ante puertas afiladas, que cierran almas.
Un alma enquistada por banales posesiones.
Una conciencia que no rinde ante el pecado de los parajes.

El tiempo paso y el hambre sigue campando en el cuadro.
Los cristales rotos, las manillas torcidas de puertas abierta al desamparo.
La mirada de los cayados, el trotar del tiempo se escucha en el paso.
El tiempo no legitimó sus medallas, la vida paso y nadie acudió a su llamada.
(ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)

domingo, 13 de octubre de 2013

LOS COLORES DE LA REALIDAD


¿Quién marca el terreno de lo natural y lo abstracto?, ¿Quién dicta las reglas que debe seguir esta sociedad?, la penumbra oscura, la mano arbitraria que guía el camino, la fina linea que delimita y cataloga tus acciones, las califican y etiquetan como en procesos fordistas en naves del pasado.

Un mercado de la ocasión donde  abundan maravillas, baratijas catalogaciones que solo los observadores y comediantes son capaces de encontrarle el sabor, su aroma, el duende que esconde miradas desgarradas entre cartones o la sabiduría del mendigo que pasa a tu vera y pide clemencia a los pies de la iglesia cuando hasta él mismo lleva el lazo descubierto, una tapadera adiestrada con dotes de imaginación que supera lo real, él mismo sabe que dios no lo encontrará en el cielo; Las cosas banales del destino ya le enseñaron que su dios lo abandono por cada paso que daba, su madre, su amante, su perro...

 Lázaro mezclador de uva te enseña más de lo que es la vida que el comerciante del circo de adentro, dogma en el que entran: Panteras, leones, lagartos y borregos, pero todos se encuentran enchaquetados y disimulantes al paso, allí todos esconden su cara, sus complejos son tapados por una oración de palabras vacías, un rezo de chasquidos de monedas que suenan al paso del sacristán.

El sabor de la vida, el verdadero aroma esta en ti y en los transehuentes, aprende a escuchar silencios, a susurrar miradas, a saborear cada palabra, a palpar los colores de este mundo irreal, esta sociedad antisocial. (ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)

lunes, 12 de agosto de 2013

Un mundo de LOCOS...


Fracasos que llegaron a ser éxitos en un mundo oscuro.
Lejanos profetas que fueron seguidos por miles de feligreses.
Pantanos de secano que ayudaron a la salvación de tribus urbanas.
Pistolas descargadas que servían de aliento a militantes presos.

La vida de lo poco y lo singular.
De lo ajeno a lo paranormal que entra y sale.
Sale de una mente altruistamente banal, ¿Para?
Encontrarse con un mundo de locos, quizás.

Loco que ve en lo poco un mundo de oportunidades.
En la desidia una oportunidad para salir adelante.
Que no necesitan un vaso lleno para vivir con esperanza.
La vida viene y va y solo tu decides si te atrapa o se detiene.
(ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)

jueves, 25 de julio de 2013

LA LIBERTAD...

Hablaban de libertad pero al preguntarles nadie acertaba a definirla, hablaban del sol pero tan si quiera lo rozaron.(ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)

jueves, 4 de julio de 2013

SAL Y ACEITE


Una vida, un deseo, un circo, y así comienza mi historia o quizás mi vida, mi camino a la muerte sin despedida y es que nunca supe que el amor me curaría tantas heridas, ay si hubiese sabido que poderes se ocultaban tras ese trago salado.

Que poemas se escondían tras esos amargos labios, y es que en turbios poemas puedes encontrar la verdad más ingenua y pasajera que jamás hallaras.

Como decían los viejos del lugar, el amor no es algo, el amor es como aquel viento, que viene y se va, que arrasa por la ventana, que cimbrea puertas y sube escaleras, pero si no cierra ventanas, se escapa, corre y se pierde entre peñascales de más allá de tu frontera.

Y era cierto, aquellas historias las refleje en mis pupilas, las aparqué por un momento y saboree la vida, pero que es vivir sin amar dirían las azucenas de aquel día, ¿Qué es morir sin desplumarse en batallas de noche y día?

Y en ese momento entraba yo,mejor dicho mi precoz mente, aunque quizás obsoleta y romántica, no borracha de amor, pero alimentada de pensamientos aireados, de pensares que se esconden detrás de ese abrazo, de preguntarse porque la gente ayuda a desnudar a su amada y nunca a vestirlo, el porque se regalan flores como si fuéramos a nichos del pasado, mi mente es así busca detrás del letargo, el porque de esos labios cayados, le pregunta al yacente porque se murió esperando unos besos tan amargos...

Quizás no quiero que se escape por la ventana aquel vendaval que gritaban viejos anonadados por mozas de falda corta, quizás quiera contar poemas en la plaza de un pueblo sin colonizar, convertirme en aquel torero sin pétalos descubiertos, sentir mi alma libre amando a un corazón abierto y es que los mejores tomates son con sal y aceite, los mejores amores, son los amores salvajes, los amores calientes, esas miradas pasionales, ese contigo sin tenerte, esas ganas de ansiarte mientras te tengo sobre mis brazos, no hay que vivir para amar, vivamos amando. (ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍN)